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Un sencillo truco: mantener las lentes limpias. Pero... ¿cómo hacerlo correctamente?
Es una de las preguntas más habituales que nos hacen nuestros pacientes cuando vienen a recoger sus gafas nuevas. Las podemos limpiar en seco con una gamuza, pero sólo en caso de no tener particulas adheridas, para evitar arañar las lentes.
Utiliza la limpieza en seco con moderación: en caso de haber partículas adheridas sobre la lente, podrían arañarse
La mejor manera de limpiar las gafas y conservarlas perfectas durante muchos años es con agua, y siguiendo estos tres pasos:
Lógicamente no siempre podemos meter las gafas bajo el chorro de agua, así que en estos casos eliminamos las posibles partículas soplando
sobre las lentes.