Salud ocular: Ptosis palpebral
Ptosis procede del griego y significa caída, de ahí que sin saber nada de esta condición podamos imaginar en qué consiste la ptosis palpebral.
Uno o ambos párpados superiores se encuentran caídos por la parálisis del músculo elevador del párpado superior, y según su origen se puede distinguir entre congénita y adquirida.
La ptosis congénita generalmente es hereditaria, suele ser unilateral y puede ir acompañada de estrabismo y ambliopía (en el 20% de los casos). El párpado afectado suele estar poco desarrollado, de piel lisa y suave y el surco palpebral superior está ausente o mal definido.
Su tratamiento consiste en la retracción quirúrgica del párpado superior afectado, que debe ser realizada lo antes posible si hay riesgo de desarrollar ambliopía a causa de esa ptosis.
En la ptosis adquirida encontramos varios tipos:
- Por causas neurogénicas, de origen nervioso.
- Ptosis miogénica: de origen muscular como la provocada por la miastenia gravis (debilidad muscular) o la distrofia miotónica.
- Ptosis traumática: puede aparecer después de sufrir un traumatismo o después de una cirugía.
El tratamiento en las ptosis adquiridas depende de la causa; debido al riesgo de corregir en exceso o por defecto la alteración, pueden ser necesarias varias cirugías.
Un caso particular y relativamente frecuente es la pseudoptosis en personas de avanzada edad, con la piel palpebral flácida y las cejas caídas provocado por la laxitud cutánea senil. El músculo elevador del párpado funciona correctamente, pero la piel del párpado cae y ocluye el ojo; Esa flacidez puede llegar incluso llegar a provocar pérdida de campo visual parcial o total por obturar la pupila.