Salud ocular: Tics

10.03.2020

Aunque tienen un carácter pasajero no dejan de ser especialmente molestos cuando los sufrimos. Hablamos de los tics oculares, el tipo más leve de blefaroespasmo que podemos padecer.

El blefaroespasmo es la contracción involuntaria del músculo encargado de cerrar los párpados, el orbicular, y podemos encontrar 3 tipos:

  1. Espasmo palpebral menor o tic: se presenta como un temblor o una vibración en el párpado; esta es la categoría de la que hablamos en esta ocasión.
  2. Blefaroespasmo benigno esencial: alteración que normalmente afecta a los dos ojos y que provoca el cierre involuntario, intenso y crónico de los ojos.
  3. Espasmo hemifacial: afecta a los músculos de un lado de la cara provocando movimientos involuntarios irregulares y progresivos que también pueden afectar al músculo orbicular.

El tic ocular afecta sólo al párpado inferior y es pasajero. Este tic no es motivo de preocupación en la mayoría de los casos. Su intensidad y frecuencia puede experimentar variaciones, pudiendo llegar a provocar sensibilidad a la luz y visión borrosa en los casos más extremos.

La mayoría de las veces es difícil saber la causa que lo provoca, aunque suelen influir diversos factores:

  1. Estrés y cansancio
  2. Consumo excesivo de alcohol o cafeína
  3. Fatiga ocular (uso excesivo de pantallas: ordenadores, tablets, móviles...)
  4. Problemas visuales sin corregir o necesidad de actualizar la graduación de nuestras gafas o lentillas
  5. Ojo seco
  6. Alergias
  7. Algunos medicamentos
  8. Desajustes nutricionales
  9. Blefaritis, conjuntivitis (inflamaciones de párpados y conjuntiva respectivamente)

Por lógica, la manera de evitar la aparición de los tics es actuar sobre la causa que los provoca, así que intentaremos mantener el estrés bajo control, dormir lo suficiente, disminuir el consumo de alcohol, cafeína y otros excitantes, llevar una dieta equilibrada y realizar pausas periódicas al trabajar con pantallas.

Estos tics suelen desaparecer sin necesidad de tratamiento, aunque cuando persisten en el tiempo uno de los primeros pasos a dar es acudir a nuestra óptica de confianza a realizar un examen optométrico por si hubiese que actualizar la graduación de gafas o lentillas que estemos usando en ese momento.

Y tú ¿alguna vez has sufrido estos molestos tics oculares?