Salud visual: Presbicia

15.10.2020

Es una condición a la que todos debemos llegar, pues la presbicia no es más que la pérdida gradual de la capacidad del ojo para enfocar objetos cercanos; por tanto, no es una enfermedad sino un proceso propio del envejecimiento del cuerpo.

Dentro del ojo tenemos una lente flexible, el cristalino, que nos permite enfocar objetos a diferentes distancias cambiando su forma, abombándose para enfocar de cerca y aplanándose para mirar a lo lejos. Con el paso de los años esta lente va perdiendo flexibilidad, así como los músculos que controlan ese cambio de forma se debilitan, haciendo cada vez más difícil la visión a distancias cortas.

No hay una edad fija de aparición de la presbicia, pero es en torno a los 40 - 45 años cuando comenzamos a notar sus síntomas, siendo los más habituales:

  1. Alejar los objetos para verlos con mayor nitidez; tendemos a estirar los brazos.
  2. Necesidad de tener cada vez más luz para poder realizar las diferentes actividades de cerca.
  3. Fatiga ocular, que se manifiesta cada vez con mayor rapidez: enrojecimiento de ojos, sequedad, escozor, sensación de arenilla o cuerpo extraño.
  4. Dolor de cabeza al desempeñar las tareas durante un tiempo prolongado.
  5. A veces entornamos los ojos para poder ver un poco mejor.
  6. Dejamos de hacer aquellas actividades que nos gustan, como leer.

Ya hemos dicho que es un proceso que no podemos detener, pero sí podemos ayudar a corregirlo con diferentes métodos:

  1. Gafas: la oferta es muy amplia actualmente, pudiendo elegir entre gafas monofocales, multifocales o progresivas, ocupacionales... no hay una solución perfecta para todo el mundo, por lo que debemos evaluar cuales son nuestros hábitos o necesidades en el día a día para decantarnos por alguna de las opciones; aunque muchas veces lo que mejor funciona es una combinación de varias de ellas.
  2. Lentes de contacto: desconocidas aún para mucha gente, las lentillas multifocales son otra opción; las encontramos tanto en lentes blandas como rígidas, y como ocurre en el apartado de lentes oftálmicas para las gafas, cada fabricante tiene sus propios diseños y catálogo.
  3. Cirugía: bien por láser, implantes intracorneales o lentes intraoculares, será el oftalmólogo el que nos deba orientar en cada caso.

Si presentas alguno de los síntomas y estás en el rango de edad que hemos mencionado antes no esperes más y pide cita para hacerte una revisión visual. Retrasar el momento de usar una ayuda para poder ver de cerca sólo sirve para estar más tiempo con molestos síntomas o dejar de disfrutar de actividades que te gustan.