Salud visual: Uso de lentillas en piscinas

23.06.2022

Acaba de entrar el verano y comienza la temporada de piscinas, así que es un buen momento para recordar algunos buenos hábitos que debemos tener en cuanto al uso de lentillas cuando nos bañamos, bien sea en la piscina, mar, pantano...

Lo cierto es que para el usuario de lentes de contacto (LC) puede llegar a ser una verdadera molestia tener que ir a la piscina (u otros lugares donde nos podamos bañar) con las gafas en lugar de las lentillas, sobre todo para aquellos que bien por tener una graduación bastante elevada u otros motivos dependen totalmente de su ayuda óptica para poder desempeñar cualquier actividad.

No nos cansaremos de decirlo, no debemos bañarnos con las lentillas porque aumenta exponencialmente el riesgo de sufrir cualquier tipo de irritación o infección; en el agua hay bacterias y microorganismos que se pueden adherir a nuestras LC y provocarnos conjuntivitis, queratitis, irritaciones... y si estamos en la piscina los productos químicos empleados para tratar el agua se pueden introducir en el material de nuestras lentes deteriorándolas y exponiéndonos durante más tiempo a ellos aumentando el riesgo de sufrir cualquier afección.

Especialmente resistente y problemática es la acanthomeba, microorganismo capaz de provocarnos queratitis y de complicarse llegando a provocar perforaciones e incluso la pérdida de visón en casos más extremos.

Aun así, bien por imposibilidad o por hacer caso omiso a las advertencias de posibles complicaciones, siempre habrá quien se bañe con ellas; por ello te presentamos aquí unos consejos si te encuentras en alguno de estos casos:

  1. Pásate a las lentes diarias. Bien todo verano o sólo el día que vayas a bañarte usa este tipo de lentillas de usar y tirar; literalmente las usas una vez y cuando te las quitas las tiras, así que evitas que se deterioren o que posibles microorganismos o productos químicos penetren en las lentes exponiéndote a posibles complicaciones.
  2. Utiliza gafas de natación cuando te bañes; suelen quedar perfectamente selladas a la cara por la silicona que recubre la montura de las lentes y evitan completamente el paso del agua.
  3. Utiliza lágrima artificial tanto si se te irritan los ojos como si notas sensación de sequedad; con las temperaturas más altas es normal que las lentes se deshidraten con más facilidad y nos provoquen mayor incomodidad en el porte.
  4. Intensifica las medidas higiénicas. Lávate las manos siempre antes de manipular las lentes y los ojos y procura no frotarte estos.