Salud visual: Presbicia (II)
En un artículo anterior de este blog hablamos de la presbicia centrándonos en explicar todos los datos técnicos de esta condición: edad de aparición, por qué ocurre, sintomatología asociada, diferentes métodos de corrección, etc.
En esta ocasión queremos enfocarlo más desde el aspecto psicológico, en cómo nos impide llevar una vida normal no el sufrir esta afección, sino el no aceptarla.
Muchas personas se niegan a asumir que su visión de cerca está empeorando porque es señal del paso del tiempo, que se están haciendo mayores, y la forma que tienen de afrontarlo no es siempre la misma, aunque las principales son:
- Dejar de realizar actividades a distancia corta. No falta quien comenta que una de sus aficiones es leer, pero llevan largo tiempo sin hacerlo.
- Adquirir unas gafas premontadas, pero sin admitir que necesitan una corrección para ver de cerca. Muchas personas comentan: "me he comprado en la gasolinera unas gafas sin graduación para leer las letras pequeñas; son del 2".
- Aguantar todo lo posible sin usar corrección de cerca. Tienen la idea que usando la compensación necesaria el ojo se acostumbra y la graduación va a más; la verdad es que la graduación de cerca irá aumentando progresiva y lentamente usando corrección o no, y lo hará al mismo ritmo. La diferencia está en nuestra calidad de vida, poder llevar a cabo las diferentes actividades de cerca o no.
Es muy esclarecedor el estudio llevado a cabo y publicado recientemente por Essilor y la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) sobre la presbicia, en el que se ven los altos porcentajes de población que tarda en corregir su presbicia, aun reconociendo que tienen dificultades para leer letras pequeñas o enfocar de cerca.
Por todo ello nuestro consejo no puede ser otro que acudir a realizarse un examen visual con la aparición de los primeros síntomas para seguir manteniendo nuestro ritmo y calidad de vida.