Producto: Ventajas de usar lentes progresivas

12.05.2022

Parece haber una barrera psicológica cuando llegamos a los 40 años, como si en esa fecha alcanzásemos el fin de la juventud. Refranes alusivos a la edad, recomendaciones de ciertas revisiones periódicas a partir de ciertas edades, etc.

La verdad es que con la calidad y expectativas de vida que tenemos hoy en día llegar a los 40 supone que ni si quiera hemos alcanzado la mitad de nuestra longevidad. Aún así, es cierto que al menos en el aspecto visual comenzaremos a notar a partir de esas edades cierta incomodidad inicialmente -que poco a poco se va convirtiendo en dificultad- para realizar tareas de cerca, pues vemos que no somos capaces de enfocar correctamente.

Es la presbicia o vista cansada, y lo cierto es que hay gente a quien le cuesta asumirlo hasta el punto de no reconocer la incapacidad de enfoque y dejar de realizar esas tareas habituales de cerca que en muchos casos tanto nos gustan.

Para algunas personas, que les digan que necesitan ayuda para ver de cerca no es plato de buen gusto, aunque sea algo que llevan tiempo padeciendo y sea la queja principal por la que han acudido a una revisión visual. No aceptan igual que les digan que necesitan gafas para ver de lejos que para cerca (las connotaciones psicológicas son diferentes).

Y pensar en gafas progresivas... qué decir. Aún hay muchas ideas preconcebidas, ideas de tiempos largamente pasados como que es difícil adaptarse a ellas, que si tenemos gafas progresivas hay que usarlas todo el día, que si comenzamos a usarlas nos aumentará más la graduación... nada más lejos de la realidad, sobre todo con las calidades de lentes que hay hoy en día en el mercado, con posibilidades de personalización hasta niveles impensables hace pocos años.

Algunas de las ventajas que podemos encontrar en usar gafas progresivas son:

  1. Visión a cualquier distancia: el diseño multifocal permite concentrar en la misma lente graduaciones para todas las distancias, por lo que vemos a todas las distancias con la misma gafa.
  2. Mayor comodidad: poner y quitar gafas constantemente para poder ver a diferentes distancias es realmente un incordio que no sufrimos con las lentes progresivas.
  3. Facilidad de uso: a una gafa progresiva no se adapta uno. Aprendemos a usar las gafas progresivas (igual que aprendemos a conducir), a mirar por las zonas correctas dependiendo de la distancia de mirada; y la verdad, las lentes que disponemos son tan intuitivas y tienen tal nivel de tecnología y posibilidad de personalización que el proceso de aprendizaje es cada ver menor y en muchos casos casi inexistente.
  4. Confort visual dinámico: en nuestra actividad diaria es fácil estar realizando diferentes tareas a la vez a diferentes distancias, y con las lentes progresivas podemos realizarlas todas con una fluidez y comodidad que una gafa monofocal no nos va a permitir.
  5. Visión cómoda: no es necesario adoptar posturas incómodas para ver correctamente a la distancia deseada.
  6. Estética: cuando las llevamos puestas no hay nada que indique a simple vista que son una ayuda para ver de cerca (como sí ocurría con los bifocales), y se pueden adaptar a cualquier montura cumpliendo la función de complemento de moda.

¿Aún tienes dudas para dar el paso a las lentes progresiva? Pásate por Optibéjar, donde te informaremos sin compromiso.