Salud ocular: Disfunción de las glándulas de Meibomio

10.03.2022

Las glándulas de Meibomio se encuentran en los párpados, concretamente en el tarso, y secretan grasas que forman parten de la composición de la lágrima, evitando que esta se evapore demasiado rápido.

La disfunción de las glándulas de Meibomio (DGM) es, por tanto, una anomalía en el correcto funcionamiento de estas glándulas, crónica, que puede caracterizarse por la obstrucción del conducto terminal de las glándulas o bien por cambios en la calidad o cantidad de la secreción glandular; esta disfunción puede terminar afectando a la composición y calidad de la lágrima, asociándose así con la sequedad ocular, síndrome de ojo seco o con la blefaritis o inflamación de los párpados.

La DGM puede ser por defecto o exceso de la secreción. En el primer caso, la disfunción hiposecretora provocará la rápida evaporación de la lágrima y la aparición de la sintomatología típica de la sequedad ocular; en el caso de la disfunción hipersecretora encontramos gran cantidad de grasa en el borde palpebral.

Algunos factores de riesgo que pueden influir en la aparición de esta condición son:

  1. Alteraciones hormonales, como la menopausia
  2. Edad, sobre todo a partir de los 40 años se incrementa el riesgo
  3. Blefaritis crónica
  4. Algunos fármacos
  5. Factores ambientales como el uso excesivo de pantallas, la temperatura o el viento
  6. Bajo consumo de ácidos grasos Omega 3 o dietas poco saludables

La sintomatología asociada, como hemos comentado, es típica de la sequedad ocular:

  1. Sensación de quemazón
  2. Irritación
  3. Fotofobia
  4. Ojo rojo

El tratamiento al alcance del óptico de la DGM es la higiene ocular a base de toallitas o espumas específicas, seguido de masaje en los párpados para ayudar a eliminar la obstrucción de las glándulas.