Salud visual: Beneficios de la luz natural

21.10.2021

La luz natural ofrece importantes beneficios a nuestra salud, tanto visual como general; por otro lado, también sabemos que si no tomamos medidas adecuadas de protección esa misma luz natural puede llegar a ser perjudicial, hecho del que cada vez estamos más concienciados.

La luz natural es fundamental para incrementar las defensas del organismo -aumenta el número de glóbulos blancos-, al igual que interviene en la formación de vitamina D que fortalece los huesos (y que no puede ingerirse en las cantidades recomendables a través de la dieta), libera el estrés, contribuye a dormir mejor, a la concentración, la creatividad y el desarrollo cognitivo. La luz azul-turquesa es responsable de la regulación de los ritmos circadianos, interviene en la regulación de la temperatura corporal y en los procesos de memoria.

El aumento de las personas miopes, así como de la cantidad de dioptrías por persona es un hecho, llegando al punto de considerarse una pandemia a nivel mundial. Hace años se consideraba que la miopía era una condición genética, pero el gran incremento de casos indica que hay algo más; ahora se piensa que también influyen los factores ambientales en la aparición de esta condición, siendo la disminución de actividades al aire libre, la falta de sueño asociada al uso de dispositivos digitales y el aumento de las tareas de cerca algunos de estos factores. Es por ello que ahora se recomiende encarecidamente que los niños disfruten de al menos 2,5 horas diarias de actividades al aire libre como una de las medidas para intentar prevenir la aparición de la miopía.

Pero si no tomamos las precauciones adecuadas el exceso de radiación solar puede provocarnos sequedad ocular, pinguéculas y ptetigios inflamados, distintas conjuntivitis alérgicas, infecciosas o por exposición a irritantes, queratitis por exposición solar... además de otras afecciones más graves que ahora no comentamos.

La mejor manera de proteger nuestros ojos del exceso de radiación es con unas buenas gafas de sol, es decir, que filtren debidamente el 100% de las radiaciones UV y que tengan una calidad óptica que no nos provoque molestias como dolores de cabeza o visión borrosa. El uso de gorras, sombreros y sombrillas también nos protege del exceso de luz.

Y cuando aparecen molestias, el uso de lágrimas artificiales es recomendable para aliviar los síntomas de sequedad ocular o irritaciones provocadas por el exceso de luz solar.